Yin yoga es un estilo de yoga de ritmo lento con posturas o asanas que se mantienen durante períodos más largos (normalmente varios minutos). Lo fundó en los EEUU a finales de los 70 el experto en artes marciales y profesor de yoga taoísta Pauline Zink. El Yin Yoga se enseña en la actualidad por toda norte América y Europa, debido sobre todo a la extensa actividad de los profesores Paul Grilley y Sara Powers.
Las posturas de Yin yoga aplican un leve estrés a los tejidos conectivos – tendones, fascias y ligamentos – con el objetivo de aumentar la circulación en las articulaciones y mejorar la flexibilidad. En los últimos años, las investigaciones en el campo de las fascias han mostrado la importancia que tienen para el cuerpo humano y su bienestar. También están diseñadas para mejorar el flujo de qi, la energía sutil que, según la medicina china, corre a través de los meridianos del cuerpo.
La mejora del flujo de qi se supone que mejora la salud de los órganos, el sistema inmunológico y el bienestar emocional. Como un acercamiento más meditativo y consciente al yoga, Yin aspira a cultivar la conciencia del silencio interior y sacar a la luz una cualidad universal de interconectividad.